
Galicia se quedó sin rey propio, mientras que en Castilla los sucesivos
reyes Juan I, Enrique III, Juan II y Enrique IV gobernaban para Castilla pero no
para Galicia porque carecían de autoridad efectiva en el reino gallego.
Desde 1431 hasta 1469, la Guerra Civil Irmandiña enfrentó a gallegos
contra gallegos, principalmente la parte de las clases medias y bajas gallegas
contra la parte de las clases medias y gobernantes.
Los irmandiños ganaron la primera parte de la guerra. En el año 1469,
con la ayuda del Reino de Portugal, los nobles gallegos contraatacaron
militarmente, pues tenían más y mejores recursos y derrotaron definitivamente a los
irmandiños. La guerra perjudico enormemente al reino gallego.
Fue durante la
guerra sucesoria al trono de Castilla, entre 1475-1479. Los castellanos apoyaron a Isabel 'La Católica' y
Fernando de Aragón. Los gallegos apoyaron a Juana 'Beltraneja' y a Afonso V de
Portugal.
El bando castellano ganó en Castilla pero no en
Galicia, y los gallegos se negaron a aceptar a Isabel 'La Católica' y Fernando
de Aragón como reyes.
Don Pedro
Pardo de Cela, se declara fiel a la soberanía del Reino de Galicia y rebelde a la sumisión al
Reino de Castilla.
Así, los
Reyes castellanos enviaron otro ejército a Galicia para derrotar a Pardo de
Cela, contingente comandado por el capitán vasco-francés Mudarra, la lucha entre gallegos y
castellanos se mantuvo durante 3 largos años. Pardo de Cela se hizo fuerte en
la Provincia de Mondoñedo sin que Mudarra pudiese vencerlo, finalmente Mudarra eliminó
toda la resistencia que encontró a
su paso
En el resto
del Reino de Galicia, la nobleza
gallega asesinada empezaba a ser sustituida por nobleza castellana y los Reyes Católicos
dictaban las primeras medidas de la "Doma y Castración del Reyno de
Galicia".
El último en caer fue el Mariscal Pardo de Cela, en el año
1483, traicionado por uno de los suyos en el Castillo de A
Frouxeira, pero nunca derrotado en batalla tras ocho
largos años de oposición armada a los 'Reyes Católicos' de Castilla y Aragón.
El Mariscal había demostrado su natural talento militar y de liderazgo político
desde la Guerra Irmandiña.